miércoles, 17 de febrero de 2021

DISCIPLINA POSITIVA (I): NIÑ@S REVOLTOS@S

Con frecuencia muchos padres y madres definen a sus hijos como “ingobernables” o “revoltosos”, y afirman con pesadumbre que no son capaces de hacerse con ellos. En general, aproximadamente el 80% de los padres han pensado esto en algún momento, pero en esta entrada quiero ofrecerte algunas orientaciones basadas en la disciplina positiva que te serán de gran ayuda. 






¿QUÉ ES LA DISCIPLINA POSITIVA? 

La disciplina positiva es una corriente pedagógica que facilita el bienestar del niño y de la familia, evitando estímulos aversivos y castigos como gritos, amenazas o agresiones. No es una moda, ni un estilo de educación basado en la “anarquía”, sino precisamente un estilo educativo basado en la evidencia científica que, ciertamente, funciona. 



ALGUNAS ORIENTACIONES PARA EDUCAR POSITIVAMENTE A TU HIJ@ REVOLTOSO

A continuación recojo algunas pautas que considero pueden serte útiles: 

1. Son auténticos exploradores. Necesitan experimentar, saber qué sucede, qué pasa, en todos los ámbitos. Eso implica aventurarse a romper la norma, a comprobar por sí mismo qué sucede en determinadas situaciones. También a subirse a lugares que puedan parecerte menos seguros. En la medida de lo posible (y siempre que no exista un riesgo importante), te recomiendo que le dejes investigar libremente. Precisamente esa necesidad que manifiesta es, en realidad, interés por aprender. 

No basta con decirle que no puede hacer algo, debe comprobarlo por él mismo... excepto cuando haya un peligro, para eso estamos los adultos.


2. Tienen mucha energía. Hay niños más tranquilos, y otros más "intensos". Déjale tiempo para jugar al aire libre, o hacer ejercicio. Son muy activos y deben descargar toda su energía (o una parte al menos) para poder mejorar su concentración y disminuir su nivel de activación, también llamado “arousal”. Si notas que están muy nerviosos o que no paran quietos dales rienda suelta. Evita "obligarles" a estar sentados o parados. Si por ejemplo estáis en la consulta del pediatra, da un pequeño paseo con ellos, o sube y baja las escaleras. Intenta evitar el móvil o la tablet. Ya hablamos anteriormente de eso




3. Son muy sensibles. Comprende sus emociones. Escúchale, siempre con un tono tranquilo, pero permítele expresar por qué ha hecho eso, o por qué quería hacerlo. Si ha anticipado las consecuencias “¿sabías que tu amigo se iba a enfadar?”, y, en caso de no ser así, ayúdale a entender las consecuencias negativas de lo que ha hecho. Y sobre todo, evita el “ya te lo dije”. 


En muchas ocasiones, tras una conducta inadecuada, suelen llorar, y después interiorizar lo que ha sucedido. Y la neurociencia apoya este modo de educar.

 

"La parte del cerebro que aprende de forma instintiva es el cerebro emocional y esa parte del cerebro no aprende muy bien cuando se siente acosado o acorralado (como cuando el niño hace una trastada y vamos derechos a recriminarle su comportamiento). Es decir, le estaríamos “eclipsando” el aprendizaje". 

Álvaro Bilbao, neuropsicólogo 


4Normas. Las normas son importantes en todos los niños, pero en estos casos aún más. Existirán dos tipos de normas, las que hemos elaborado de manera general. Pero también surgirán otras ocasiones en las que debamos crear una norma específica: “no comer en clase”, “no tirar objetos al suelo”, "no escupir", "no morder"… Es importante consensuar las normas entre todos, y que participen en la elaboración de las mismas (tanto en casa como en el cole), aunque es lógico que, dependiendo de la edad, haya algunas normas que no entiendan y que deban ser impuestas: “no subirse a la mesa”, “no coger las llaves del coche para jugar…”.  Ayúdale a comprender la situación, por dos razones: le muestras respeto y que cuentas con él, y por otro lado podrás empatizar con él más fácilmente. 


5. Límites. Como adulto, es tu deber velar por la seguridad y el bienestar de los niños. Es importante que tengas claros algunos límites. 



Si lleva a cabo alguna conducta grave como insultar o pegar, debemos mantener la calma y ser firmes con los límites. Intentaremos dialogar con él y decirle que no se insulta. Pero si la situación se pone tensa, mantendremos una actitud seria, firme e insistente: “no cariño, no voy a permitir que me insultes”. Es muy importante no ceder nunca después de haber sobrepasado este límite. En caso de que no sea así, deberemos tomar las medidas pertinentes en relación a las normas que previamente hayamos puesto, en casa o en el aula: “ir a tu cuarto”, “ir al despacho de dirección/ orientación”, "irnos del parque"…

Recuerda siempre mostrar seguridad y confianza, pero evita mostrarte alterado o excesivamente furioso. 


6. Consecuencias. Lo más importante es prevenir una conducta inadaptada, anticiparnos. Ten en cuenta algo: si un niño no se porta de la forma que esperamos puede ser por dos razones: bien no sabe que ese comportamiento es inadecuado o bien no puede evitar comportarse así. En ambos casos necesita nuestra ayuda. 

Siempre se tomarán las consecuencias previamente acordadas cuando pusimos la norma, con calma, seguridad y cariño. La finalidad debe ser en todo momento evitar que continúe el comportamiento, no hacer pasar un mal rato al niño. 

Por ejemplo, si el niño pega a otro niño (y no hemos podido prevenirlo) le ayudaremos a pedir perdón. Si no quiere o está enfadado es mejor no insistir, ya que podría empeorarse la situación. Le acompañaremos a un lugar tranquilo o le retiraremos del juego. Previamente habremos hablado en casa o en clase sobre lo inadecuado de pegar a los compañeros, y que si alguien lo hace no podrá seguir jugando con los demás. De este modo no castigamos, sino que ponemos la responsabilidad en el niño. Está en sus manos la consecuencia.





7. Refuérzale. Como podrás comprobar, su carácter precisamente le llevará a tener más roces con los adultos (padres, profesores…). Por eso precisamente, refuérzale cuando esté haciéndolo bien, cuando destaque en aquello que mejor se le da, y felicítale y muéstrale tu orgullo. Aunque te cueste creerlo, lo necesitará algo más que el resto para mantener sana su autoestima. Recuerda siempre utilizar el refuerzo social y afectivo.




Finalmente, si te interesa el tema y quieres conocer más, os dejo un vídeo de Álvaro Bilbao, donde ofrece algunas pautas muy interesantes.



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