En esta entrada hablaremos sobre las dificultades del lenguaje y, especialmente, sobre el trastorno específico del lenguaje. Es un tema complejo pero intentaremos ofrecer una información sencilla y útil.
LA IMPORTANCIA DEL
LENGUAJE
Aprender el lenguaje y una lengua es aprender el modo de
clasificar, ordenar y entender la realidad y el mundo que nos rodea. Mediante
el uso del lenguaje representamos, categorizamos y clasificamos, expresamos
sentimientos y emociones, transmitimos y recibimos información y hacemos
razonamientos complejos.
Esta es la base. Podríamos decir que la lengua que
utilizamos y en la que pensamos es nuestro propio “sistema operativo”. Y por
ello, la relación entre lenguaje y pensamiento es tan estrecha. ¿El lenguaje
determina el pensamiento (Shapir y Worf) o el pensamiento determina el lenguaje
(Piaget)? Existe un amplio debate sobre este tema desde siempre, pero el
planteamiento más aceptado en la actualidad es que lenguaje y pensamiento interaccionan
de tal modo que resulta imposible separarlos.
COMPONENTES DEL LENGUAJE
El lenguaje tiene cuatro componentes:
- Fonología. Hace referencia a los sonidos del
habla. Los sonidos se agrupan formando sinfones y posteriormente, palabras. Por
ejemplo si decimos “c-a-r-o” no es lo mismo que si decimos “c-a-r-r-o”. Un
simple sonido cambia el significado.
- Semántica. Las palabras tienen significado y la
comprensión y ampliación de estos significados permite ampliar el vocabulario.
Podemos decir “bonito”, pero también podemos hablar de “bello”, “hermoso”, “lindo”,
“mono”…
- Sintáctica. Se refiere cómo se ordenan las palabras en una oración para transmitir un mensaje determinado. No es lo mismo decir: “no me gustan las patatas”, que “no, me gustan las patatas”. Una simple coma puede modificar completamente el significado de la oración.
- Pragmática. Usos sociales del lenguaje. Es un componente fundamental para entender y facilitar la relación con los demás. Aquí nos referimos sobre todo a las normas de cortesía (por favor, buenos días, gracias…), a los dobles sentidos (“estas pez”) o al tono del mensaje (“lo estás haciendo genial”; si adoptamos un tono con sarcasmo cambiamos el significado).
DESARROLLO DEL LENGUAJE
La adquisición del lenguaje oral es un proceso muy complejo,
que comienza incluso antes del nacimiento, cuando el niño empieza a desarrollar
le sistema auditivo. Poco después, consecuencia de la estimulación que recibe
de su entorno y de la maduración de sus estructuras cerebrales y su aparato buco-fonatorio,
el lenguaje continuará desarrollándose en los distintos componentes que hemos
visto anteriormente. Sin embargo, hay niños que pueden tener dificultades en la
adquisición y uso del lenguaje, lo que tendrá consecuencias tanto cognitivas
como comunicativas y sociales.
DIFICULTADES
A la hora de detectar cualquier tipo de dificultad en el
desarrollo del lenguaje es importante tener en cuenta cuál puede ser el origen
del problema, y, si es la causa única o consecuencia de alguna alteración o
trastorno. Algunas de las posibles alteraciones que pueden provocar dificultades
en el lenguaje pueden ser:
a) Bases sensoriales. Sensaciones y percepciones auditivas, visuales, táctiles, olfativas, gustativas, así como percepciones propioceptivas y cinestésicas para la captación e interpretación de los estímulos externos.
La audición resulta imprescindible para captar el lenguaje
del entorno y aprenderlo, mientras que las demás percepciones llenan de
contenido las palabras oídas. Es decir, una pérdida auditiva puede tener repercusiones
en el desarrollo del lenguaje, pero otro tipo de déficits sensoriales pueden
tener también alguna dificultad (por ejemplo, los ciegos tienen mayores
dificultades para manejar los conceptos espaciales: cerca-lejos, dentro-fuera…)
b) Bases anatómicas y funcionales. Aparato
respiratorio, fonatorio, articulatorio, resonador y su funcionalidad para
producir el habla.
c) Desarrollo cognitivo. Desarrollo de las
funciones mentales básicas implicadas en el lenguaje.
d) Desarrollo afectivo, emocional y social. En
ocasiones un episodio traumático vivido por el niño o un problema de adaptación
a un nuevo contexto en edades tempranas pueden provocar ansiedad y aparecer
algunos cuadros como el mutismo selectivo, por ejemplo.
e) Influencia del medio. El ambiente sociofamiliar
en el que se encuentra el niño o la niña influye notablemente en el desarrollo
del lenguaje en todos sus componentes. Por ejemplo, si los padres no pronuncian
adecuadamente un sonido posiblemente el niño tampoco lo haga.
EL TRASTORNO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE (TEL)
El trastorno específico del lenguaje se define como el
retraso en la adquisición y el desarrollo del lenguaje sin estar asociado a factores
como déficits auditivos, problemas psicopatológicos, mal ajustamiento
socioemocional, déficits neurológicos evidentes o lesiones cerebrales. Es
decir, existe una alteración en el desarrollo del lenguaje con una base neurológica.
Se trata de un trastorno muy
heterogéneo que incluye alteraciones en uno o en varios componentes del
lenguaje, con diferentes grados de afectación.
En edades tempranas es difícil efectuar un diagnóstico de
TEL, dado que los indicadores coinciden con los del Retraso Simple del Lenguaje.
Independientemente del diagnóstico, la intervención precoz resulta fundamental.
En torno al cuarto o quinto año de vida los niños con TEL mostrarán un
estancamiento respecto a los niños que presenten simplemente un retraso del lenguaje.
Es importante intervenir por tanto en ambos casos.
Algunos aspectos que pueden indicarnos que el niño puede presentar un RSL (Retraso simple del lenguaje) o un TEL. En los primeros dos años de vida es importante comentar con el pediatra cualquier sospecha que tengamos o signo de alarma como: no reaccionar a un sonido fuerte, no emite distintas entonaciones en el balbuceo, parece no comprender “¿quieres más?”, “acércate”…
A partir de los dos años y cuando nos encontramos próximos al entorno educativo
podemos señalar los siguientes indicadores de riesgo, aunque en ocasiones no
sólo pueden indicarnos un retraso en el lenguaje:
-
No habla o emite pocas palabras.
-
No se le entiende cuando habla o pronuncia muy
mal.
-
No entiende o no atiende a lo que se le dice.
-
No sabe decir su nombre o no atiende cuando se
le llama.
-
Parece enfadarse sin razón.
-
No imita ni hace intención de imitar lo que
decimos.
Es importante señalar que no siempre nos encontraremos ante
un retraso del lenguaje, sino ante uno o varios hitos evolutivos que en otros
niños o niñas de su edad suelen estar adquiridos. En muchas ocasiones podremos
detectar alteraciones en el habla que con una intervención específica se
superarán en un breve periodo de tiempo, pero siempre es recomendable consultar
con un profesional.
MEDIDAS DE INCLUSIÓN
En el ámbito educativo la inclusión es uno de los principios
fundamentales en la atención al alumnado.
Por ello,
consideramos que los alumnos que presentan algún tipo de alteración en el
lenguaje se encuentran con barreras para el aprendizaje que dificultan su
progreso, y por ello, se deben poner en marcha medidas que faciliten su máximo
desarrollo. Para ello, partimos de sus potencialidades, que habrán sido detectadas
en la evaluación psicopedagógica realizada por el orientador/a.
Algunas de estas medidas a nivel de aula pueden ser:
- Ubicar al alumno en un lugar donde mantenga contacto ocular
contínuo con la maestra y pueda contemplar todo el aula.
-
Reforzarle cuando haga algo bien en mayor medida que al resto de
compañeros, dado que tiende a frustrase con más facilidad.
- Hablarle más despacio de lo habitual, sin romper la entonación,
con frases sencillas, y apoyándonos en el gesto.
- Evitar las preguntas directas. Es mejor darle opciones y cerrarle
la respuesta: ¿quieres rotulador o la cera?, ¿quieres cazadora o no?...
-
Nombrarle para centrar su atención: “José, vamos todos a la
alfombra”.
- Pautar el juego y acompañamiento en la medida de lo posible.
Tendrá más dificultades a la hora de gestionar los conflictos que puedan surgir
de forma verbal.
Otras medidas pueden tener un carácter
más individualizado, aunque, dependiendo del nivel en que nos encontremos,
podrán incluirse o ponerse en marcha con el resto del grupo:
- Utilizar apoyos visuales para marcar la rutina del aula o de la
tarea hasta que el niño la interiorice.
- Reforzar la mesa de trabajo con tarjetas visuales (por ejemplo, un
pictograma que recuerde que hay que estar sentado, un dibujo con una mano
levantada para pedir el turno, pictogramas que reflejen los pasos a realizar en
una tarea).
-
Utilizar refuerzos visuales y/o auditivos para el aprendizaje de
nuevo vocabulario: tarjetas con imágenes, bits de inteligencia…
-
Utilizar calendarios con apoyos visuales de colores y fotografías
significativas del niño hasta que interiorice los días de la semana o los
meses.
-
Anticipar información sencilla, estructurada y con apoyos visuales
ante cualquier actividad escolar fuera de la rutina habitual. Aquí encontrarás unas rutinas elaboradas por ARASAAC.
- A
partir de una palabra o frase incompleta del niño, repetirla de forma correcta.
“Dale pelota” -> “Dale una patada a la pelota, muy bien”.
- Modelado.
En situaciones de su interés, reforzando el modelo de los compañeros o actuando
como modelo, a la hora de pedir las cosas, de pedir por favor…
- Imitación.
Cuando no entendamos al niño, repetir lo que acaba de decir, para demostrarle
que le prestamos atención y que queremos seguir hablando con él.
- Absurdos.
Para motivarle a responder, podemos utilizar respuestas falsas o que le llamen
la atención: “es de noche”, “la pizarra es roja”…
- Cuaderno
de comunicación, para que nos cuente lo que ha hecho en casa y lo que ha hecho
en el cole.
Por último, también puede ser necesaria una intervención
específica en Audición y Lenguaje y/o Pedagogía Terapéutica por parte de los
profesionales correspondientes en el centro educativo. Esta intervención
quedará recogida en el Plan de Trabajo del alumno.
Finalmente, es importante señalar que en caso de encontrarnos ante un TEL éste tiene una base neurológica, lo que implica que estará presente durante toda la vida del alumno y por tanto, las medidas de inclusión también deberán revisarse y adaptarse durante toda la escolaridad, en función de la evolución del alumno.
Espero que esta entrada te haya resultado útil. Para cualquier duda o consulta, ponte en contacto con el
tutor o tutora o el orientador/a de tu centro educativo.
Buen artículo, gracias!!!
ResponderEliminarVíctor me surge una duda: es posible diferenciar a edades tempranas ( 2 años )un TEL de un TEA? Veo que hay indicadores que coinciden.Gracias
ResponderEliminar