La hora del estudio es un tema complejo en todas las edades. Con frecuencia
nos encontramos con alumnos o con familias preocupadas y angustiadas porque
se le dedica mucho tiempo y esfuerzo, pero los resultados no siempre
acompañan. ¿Qué está pasando?
Como todo, es necesario partir de un buen planteamiento para poder abordar
el estudio con las mejores garantías de éxito. Son muchas las webs,
presentaciones, vídeos e infografías que hablan sobre las técnicas de
estudio, cómo mejorar y de qué forma alcanzar el mejor rendimiento. Sin
embargo, muchas veces se pierde de vista lo esencial:
una buena planificación y el trabajo constante. No sólo nos
enfocaremos hacia el éxito, sino que también iremos creando un adecuado
hábito que nos vendrá muy bien en los próximos años.
Del mismo modo que un corredor novel no puede correr una maratón de 42
kilómetros, no podemos pretender aprender a estudiar y prepararnos para
exámenes de mayor contenido si antes no hemos realizado un trabajo
previo.
A continuación veremos algunos puntos fundamentales relacionados con estos
aspectos. La entrada va dirigida tanto a familias de alumnado de Educación
Primaria como para el propio alumnado de los últimos niveles de Primaria y
Secundaria:
1. El examen, ¿lo más importante?
2. El lugar de estudio.
3. Antes de estudiar.
4. Manos a la obra: el método de estudio.
5. Gestión del tiempo.
EL EXAMEN, ¿LO MÁS IMPORTANTE?
El examen, la prueba escrita u oral, es, en muchas ocasiones percibido como
el gran enemigo a batir. Pero, a día de hoy,
nuestro modelo educativo se basa en la evaluación contínua. Es decir,
es importante realizar un buen examen, pero también participar en clase,
realizar trabajos o proyectos, preguntar dudas, mostrar interés y buena
actitud en el aula, participar en trabajos en grupo… Tenlo en cuenta:
el examen no lo es todo.
Muchos alumnos desarrollan pánico a los exámenes, al temido “día D”, a la
prueba escrita. Con frecuencia los nervios pueden dominarte y acabar
pensando que “te has quedado en blanco”, que “no sé de qué me están hablando” o que “esto no va conmigo, no valgo para esto”.
Lo primero de todo: si has estudiado algo como es debido, no se te va a
olvidar. El temido “me he quedado en blanco” es realmente producto de los nervios, como una cortina o velo que te
impide acceder a tu memoria, pero si lo dominas, podrás recordar todo y
afrontar el examen como debes.
Otro aspecto importante es cómo hayas preparado el examen, y cómo hayas
profundizado los contenidos. Un buen hábito de estudio es la base del éxito,
así que vamos a ver algunos consejos u orientaciones que pueden servirte de
ayuda.
Tu lugar de estudio debe reunir una serie de condiciones mínimas para poder
trabajar al 100%. Piensa un poco:
- ¿Dónde estudias?
- ¿Tienes una mesa propia?
- ¿Compartes la habitación en el momento de estudiar?
- ¿Hay ruido de fondo?
- ¿Utilizas luz natural?
- ¿Cierras la puerta?
- ¿Te distraes mucho?
1. Mesa y silla adecuadas para ti, con suficiente espacio para dejar
tus cosas.
2. Ventilación. Debe haber buena temperatura. Si tienes mucho frío o
mucho calor te costará más concentrarte.
3. Iluminación. La luz natural siempre es recomendable, pero tienes
que evitar distraerte innecesariamente mirando por la ventana.
4. Silencio. El silencio o el ruido mínimo te ayudarán a
concentrarte. Evita la televisión de fondo, la música o si oyes hablar a tus
familiares y te distraes.
5. Para los más mayores... fuera móvil. Las redes sociales
tienen mayor actividad por la tarde, es cierto. Pero si estás aquí es porque
te preocupas por tus estudios. Controla el uso del móvil. Si vas a mirar
Whatsapp sólo 5 minutos y vas a estar dándole vueltas a la cabeza durante el
resto de la tarde es mejor que reserves el móvil para cuando hayas cumplido
con tu trabajo. Controla tus pensamientos. 😉
6. La puerta. ¿Abierta o cerrada? Cuidado. La puerta cerrada debe
MEJORAR tu concentración, no ser una excusa para distraerte sin que te
vigilen.
1) PREPÁRATE. Debes comenzar a conocerte. Si después de comer quieres
descansar un momento adelante, pero no pierdas el tiempo. Echarte y
desconectar (DES-CO-NEC-TAR) de todo durante 20 minutos te preparará para
comenzar a estudiar.
2) ALIMENTACIÓN. Debes comer sano. Fruta y verdura, al menos 5 veces
al día, carbohidratos y alguna fuente de proteína. Los frutos secos, el
aceite de oliva o el aguacate por ejemplo son muy buenos para el desarrollo
de tu cerebro y te ayudarán a memorizar mejor. Por supuesto evita los
fritos, los azúcares innecesarios y las bebidas energéticas. Es sencillo:
“cuanto más manipulado esté un alimento más perjudicial será”.
3) EJERCICIO. Por la mañana pasas en clase más de 5 o 6 horas
sentado. Tu cuerpo necesita moverse, y tu cerebro también necesita que te
muevas. Una media hora de ejercicio físico al día te ayuda a bajar tu nivel
de activación y te prepara para concentrarte mejor. Si practicas algún
deporte 2 o 3 veces por semana deberás tenerlo en cuenta para el próximo
punto.
4) HORARIO. El horario de estudio es algo que debes planificar con
mucho cuidado, y que deberás volver a elaborar con frecuencia, dependiendo
del ritmo de trabajo. Dependiendo de las extraescolares a las que asistas y
del tiempo que debas dedicarle te organizarás de un modo u otro.
No seas ambiciosa/o, planifícate con cabeza. Si sabes que no puedes mantener
la concentración más de 30 minutos comienza por hacer periodos cortos de
trabajo con breves descansos: 25 minutos de trabajo – 5 minutos de descanso.
5) A CADA UNO LO QUE LE CORRESPONDE. Es mejor estudiar las materias
más complejas durante menos tiempo, pero a diario (o casi a diario).
Dependerá del curso en el que te encuentres, pero es bueno dedicar un poco
todos los días a aquellas que son más complicadas.
Por ejemplo, si te cuestan las Matemáticas, dedicarles 15 o 20 minutos
diarios te permitirán:
o Saber en qué parte del tema estáis en cada momento.
o Identificar dudas para preguntarlas al día siguiente en clase.
o Familiarizarte con los contenidos a medida que se vuelvan más
complejos.
6) MENTALÍZATE. Lo más importante. Estudiar requiere CONSTANCIA, así
que tenlo presente. Al igual que con cualquier otra actividad a la que
desees dedicarte tendrás días mejores y peores, días en que te apetecerá más
o menos, y días en los que memorices o aprendas más rápido. No te
desesperes. Esto es una carrera de fondo, paso a paso.
MANOS A LA OBRA: EL MÉTODO DE ESTUDIO
1. Lectura. Primero debes leer lo visto en clase. Recuerda los
comentarios del profesor, las curiosidades, las dudas que le han preguntado
tus compañeros, o cualquier otro tema que te ayude a situarte más allá de lo
que pone en el libro o en tus apuntes. Es importante que preguntes en clase
las dudas que tengas, o incluso si no entiendes algo (aunque pienses que
eres el único/a, seguro que no). No tengas miedo a preguntar, el profesor no
te va a regañar, al contrario. Es señal de que estás siguiendo la clase y
que tienes interés. Del mismo modo, presta atención a las dudas de tus
compañeros.
2. Subraya. Lee los apartados vistos en clase por la mañana. Puedes
subrayar, con un lápiz lo más importante, o incluso hacer pequeñas
anotaciones. También puedes utilizar colores para diferenciar conceptos,
dependiendo siempre del nivel en que te encuentres.
3. Dibuja. Otra opción es realizar pequeños dibujos al margen de los
párrafos para poder retener algún concepto difícil.
4. Esquemas. Una vez hayas estudiado, el esquema te ayuda a recordar
los conceptos principales. Puedes hacerlos a mano o utilizar aplicaciones
como
MINDMOMO, por ejemplo. Te dejo
AQUÍ otros por si quieres explorar.
5. Explícalo. ¿Alguna vez has jugado de pequeña/o a ser el profe? No
es broma, explica lo que has aprendido (no lo recites de memoria), a algún
familiar o a tí misma/o. Aprendemos un 30% de lo que vemos o leemos, ¡pero
un 95% de lo que explicamos a otras personas!
GESTIÓN DEL TIEMPO
El día tiene 24 horas para todos, pero no todos las aprovechan del mismo
modo.
1. Analiza cómo gestionas tu tiempo. ¿Cuántas horas dedico al día?
¿Es efectivo? Hay quien dedica dos horas todas las tardes, pero en lugar de
fijarte en el tiempo comienza fijándote en SI HAS LOGRADO LO QUE TE HABÍAS
PROPUESTO.
2.
Planificación tanto de tu tiempo de trabajo como tu tiempo de descanso. El método POMODORO resulta efectivo para algunas personas. Estudia o
realiza ejercicios durante 20 minutos, y descansa 5 o10. Acto seguido vuelve
a repetirlo.
3. Fuerza de voluntad. Tengas mayor o menor capacidad, al final no
consigue el éxito aquel que tiene mayor potencial, sino aquel que persevera,
trabaja a diario y no se rinde.
4. Ponte pequeñas metas. Dependiendo del área o materia: dos
apartados al día, CÚMPLELO. Pronto te darás cuenta que no es rentable
engañarte o ser demasiado optimista. El trabajo se te acumulará.
5. Material. Organiza adecuadamente tu material. Intenta no tener que
cortar tu trabajo para tener que ir en mitad de la tarde a hacer fotocopias
o a comprar un bolígrafo, al menos sin haberlo planificado. Si tienes que
realizar un trabajo a ordenador intenta hacerlo al comienzo o al final de la
tarde. Si lo haces en mitad del estudio puede que te lleve más tiempo (no
funciona la impresora, no hay internet, no me funciona el programa…) y al
final pierdas tiempo y te agobies.
Espero que estos consejos os sean útiles. En algunos niveles los
complementaremos con un taller explicativo (os pongo a continuación el
enlace con la presentación). En cualquier caso ya sabes que para cualquier
duda o consulta puedes pasarte por el despacho de orientación.
¡MUCHO ÁNIMO!
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